UN RETO QUE
FORTALEZCA LA ARTICULACIÓN INTERINSTITUCIONAL EN LATINOAMÉRICA
Desde el siglo XIX cuando se impuso la primer multa de
tránsito a un incauto conductor que superó los 3,2 km/h permitidos en ese época
y que la ama de casa Bridget Driscoll falleciera en el primer siniestro de
tránsito con un vehículo automotor en el mundo, las políticas públicas en la
materia han tenido grandes aciertos y profundos desaciertos. "Confío en
que esta clase de absurdo no suceda nunca más” fueron las palabras del juez del
caso de la señora Driscoll y de esa fecha a hoy han fallecido millones de
personas, por un evento predecible, prevenible y condenable.
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Robinsson Caicedo Gonzalez (Director ejecutivo) |
Es interesante identificar que las primeras acciones (para
mejorar la seguridad vial (principios del XX), vinieron de pensar carros más
seguros y lo resalto como interesante en razón a que en gran parte de los
países de Latinoamérica esta variable sigue siendo un dolor de cabeza, cuando
ya bordeamos el primer cuarto del siglo XXI. Muchos son los avances técnicos y
muchos los adelantos metodológicos para abordar esta problemática, pero las
personas que mueren y se lesionan en circunstancias absurdas de la movilidad
diaria siguen siendo un dolor de cabeza en los social y lo económico.
Pero lo que mas preocupa en este hemisferio, es la falta
de lo que la OMS ha llamado la “Voluntad política”, enfocándose en la
generación de políticas públicas y acuerdos
sociales que promuevan el mejoramiento de la seguridad vial. A lo largo
y a lo ancho de nuestro continente se han diseñado acciones que son bien
intencionadas, sin embargo, se caracterizan por ser aisladas, desarticuladas,
desfinanciadas y poco gestionadas en los territorios y el único resultado es el
incremento de personas fallecidas y lesionadas por estos eventos.
La ultima conferencia ministerial global sobre seguridad
vial realizada en Estocolmo, reconoció los logros obtenidos, pero enfatizó en
los retos que nos deja la década de acción para la seguridad vial 2011 – 2020, que
nos lleve a un 2030 con una reducción del 50% de fallecidos por siniestros
viales y entre las bases fundamentales para este logro se encuentra la
articulación de los diferentes responsables de la seguridad vial y la
definición de políticas públicas que se lleven a los territorios.
Es en este punto, en donde llegar a una institución del
orden civil como la Asociación Latinoamérica de Seguridad Vial (ALSEV) recobra
gran importancia. Son estos espacios de discusión y análisis de la problemática
de la siniestralidad vial en donde se conciben lineamientos, programas y
acciones que promuevan un cambio real en la situación actual de los índices de
morbi-mortalidad de la región, soportados por un equipo interdisciplinario de
diferentes países, dispuestos a dejar huella en esta tarea.
El dilema que nos ocupará será el de seguir posicionando a
ALSEV en el escenario de las discusión institucional en países de Latinoamérica,
para la formulación de sus políticas públicas de seguridad vial y la creación
de los instrumento para gestionarlas y de esta forma llegar a los territorios,
para que administradores departamentales y municipales tengan una ruta para la
implementación de estrategias que les permitan cumplir con el precepto de
proteger la vida de sus conciudadanos en sus jurisdicciones.
Por otro lado, la información sobre Seguridad Vial nos permitirá
garantizar los procesos de innovación y la toma de decisiones soportada en
datos y evidencia científica en el sector público y privado, por lo que el
Observatorio Latinoamericano de Seguridad Vial nos ofrecerá las herramientas
necesarias para el análisis comparado, identificando escenarios de mejora y
réplica de experiencias exitosas.
Finalmente y como línea de acción transversal a la gestión
de ALSEV, nuestro reto será la vinculación del sector académico, en este
sentido la Red de Universidades será el escenario ideal de discusión, análisis
e investigación para la generación de conocimiento en torno a la seguridad
vial, lo que garantizará el fortalecimiento conceptual de los fundamentos de
Sistema Seguro, de manera que su aplicación en los diferentes países miembros
de ALSEV se realice de manera sistémica y metodológica.
Agradezco al Staff directivo de ALSEV por invitarme a
construir este camino como Director Ejecutivo de la asociación, será un reto en
el corto plazo, en razón a que las situación de seguridad vial en la región no
da espera, con una visión en el largo plazo para posicionar la Seguridad Vial
como la prioridad que se requiere para salvar la mayor cantidad de vidas, en
donde el sector público y privado, la academia y los actores viales trabajarán
de manera articulada y coordinada en la aplicación de Sistema Seguro.
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