Edwin Salazar
Henao
Director Ejecutivo Observatorio Latinoamericano
de Seguridad Vial OLSEV-ALSEV
Mg Epidemiología
Documento publicado por conducirtereport
Las
medidas de confinamiento y aislamiento han dejado desérticas las calles en ciudades
y naciones de todo el mundo, lo que prevé una reducción ostentosa en el número
de muertes y lesionados por incidente vial; situación y cifras que son avaladas
por observatorios de seguridad vial y que alcanza una reducción del 68%. Pero
contrario a lo que se puede pensar los lesionados y fallecidos en incidentes
viales no desaparecen, son opacados por la otra pandemia, la del COVID-19. Con
vías más despejadas, menos usuarios viales y un 80% del parque automotor fuera
de circulación se esperaría un mayor cumplimiento de la norma y respeto por las
señales de tránsito.
Pero
no, en los pocos conductores que están exentos, o tienen permisos especiales del gobierno para
hacer uso de un vehículo motorizado por estos días, esto ha causa un efecto
contrario, muchos de ellos creen que pueden manejar a sus anchas y violar
normas básicas de conducción como: ignorar semáforos, pares, realizar giros
indebidos, desarrollan maniobras temerarias, e incluso se ven motivados e
incentivados por la soledad de calles y vías a sobrepasar los límites de
velocidad permitidos, alcanzando los 100km/h. Poniendo en riesgo y desafío
constante la vida propia y de los pocos usuarios viales que por estos días
deben transitar.
Lo
sucedido estos días es entonces prueba confirmatoria de que la velocidad
“mata”, y la posiciona como una de las
principales causas de muerte. El hecho de que las calles estén vacías no
significa o es disculpa para incumplir las normas de transito, “estás continúan
vigentes durante el aislamiento”. Esta situación hace que usuarios viales sigan
falleciendo y lesionándose por una causa que es total y absolutamente
prevenible y evitable como lo son los incidentes viales.
Se
espera que al igual que se cumplen las medidas de cuarentena y otras para
evitar el contagio y propagación del virus, también se cumplan las normas de tránsito,
pero resulta insólito y descabellado la forma de asumir el riesgo, tanto el
vial como el de contagio por COVID-19, se observan conductores con tapabocas y
sin casco, con tapabocas y sin el cinturón de seguridad o con tapabocas en el
mentón y hablando por celular, es bueno que se cuiden del virus, pero de poco o
nada sirve el tapabocas si no tienes casco o no usas el cinturón de seguridad al
momento de presentarse un incidente vial, te puedes salvar del contagio, pero difícilmente
escaparías de una lesión grave, o en el peor de los casos de la muerte,
“Entonces qué sentido tiene el uso del tapabocas si no te proteges del riesgo vial,
el cual puede resultar más letal que el mismo virus”.
Elementos
de protección como el casco, el cinturón de seguridad y respeto por las normas
de tránsito siguen siendo medidas igual de importantes que el uso del tapabocas
y el lavado de manos, el riesgo vial no está en cuarentena, por tanto la
probabilidad de fallecer o lesionarse continúa latente, y se incrementa con el
exceso de velocidad.
En
tiempos de pandemia también es deber el proteger la vida de la otra pandemia,
la de los incidentes viales, que al año deja 1,35 millones de muertos y 50
millones de lesionados en todo el mundo. Países de medios y bajos ingresos
están lejos de disminuir estas cifras, y son los que más muertos y lesionados
registran, con recursos limitados el panorama es similar al de la pandemia por
el virus, aunque este no distingue entre países ricos o pobres, los recursos
limitados o escasos al igual que en seguridad vial nos pone en una situación desventajosa.
El recurso económico, la infraestructura, tecnología y el recurso humano siguen
siendo un factor diferenciador para atender ambas pandemias, las cuales dejan a
su paso un verdadero drama humano, social y económico.
La
última fase de la de la epidemia del virus es la postpandemia, donde los
lineamientos en seguridad vial y movilidad indican mantener el distanciamiento
en los medios de transporte, al igual que incentivar otras alternativas para
evitar una nueva ola de contagios ocasionado por el uso indebido del transporte
masivo. El uso de la bicicleta, o caminar para realizar actividades cotidianas
en próximos días es lo más idóneo para huirle al contagio, pero es de cuidado,
pues el uso del vehículo particular y la soledad en las vías pueden seguir
incentivando el exceso de velocidad, lo que también desencadenaría una nueva
ola, no de contagios, sino de fallecidos y lesionados viales, especialmente en
los más vulnerables de la vía, peatones, ciclistas y los más expuestos los
motociclistas. Esta situación también puede dejar en evidencia el rezago en
materia de infraestructura vial para el uso de la bicicleta y la caminabilidad.
Aunque
se establecen días para una posible flexibilización a las medidas de cuarentena
y transitar libremente por las ciudades, indudablemente cuando eso suceda, los
medios y modos de transportarnos que actualmente conocemos habrán cambiado. Lo
que se debe evitar es que las personas migren nuevamente al vehículo particular
como refugio para escapar a un posible contagio. El desafío es innovar y pensarnos
los nuevos modos de transporte, que protejan la salud, eficaces, inclusivos,
accesibles y universales.
Buenas noches.
ResponderEliminarSin duda que estamos en un momento fundacional,una bisagra en el tiempo y una gran oportunidad para salir mejores de esta situación inedita para nuestros tiempos y que ha puesto en evidencia las terribles falencias a nivel edilicio,estructural,actitudinal,las que parecieran ser naturales para una gran mayoría.
La pandemia nos esta dando la gran posibilidad y hasta la obligación de modificar esos hábitos de falta de cuidado en todo sentido.
No es posible aislar un solo aspecto de nuestra vida cotidiana y lo vial esta ligado a todo. Se conduce mal porque se vive mal. Nuestro comportamiento en la vía ya sea como conductor o peatón es el mas claro reflejo de la forma en que aceptamos como vivir y este es un punto mas que importante ya que si bien los gobiernos debe garantizar lo elemental como seguridad ,salud y educación ,es uno quien debe poner el limite ante lo incorrecto como por ejemplo el viajar apiñados en el transporte publico. El cambiar la actitud, el adoptar las medidas de seguridad en todo aspecto y salir a la vida aplicando lo aprendido en este tiempo de aislamiento preventivo depende absolutamente de nosotros.
Muchas gracias y Saludos cordiales.
Juan Pablo Storani.
Ciudad de Córdoba de la República Argentina .